Por este motivo, los laboratorios ponen todo su empeño en desarrollar productos formulados específicamente para cada necesidad. Los cosméticos se presentan en texturas adaptadas a cada tipo de piel: seca, mixta, grasa, sensible… Es una forma eficiente de conseguir que los ingredientes obtengan resultados óptimos.
Nuestra rutina de cuidado de la piel
En todo caso, debemos empezar por la base: la limpieza facial.
Toda rutina, toda, debe incluir productos para la limpieza del rostro, quizá sea el único paso que nunca debemos saltarnos y el que facilitará que el resto de componentes resulten más eficaces.
Elegiremos el limpiador tanto en función de sus beneficios para la piel (por sus ingredientes activos) como por su textura. Las más ligeras son las aguas micelares. Su textura es líquida, perfecta para una limpieza integral. La importancia de este paso reside en que sin una piel limpia y libre de impurezas, el resto de cosméticos resultarán ineficaces ya que sus activos no atravesarán la capa superficial de la piel.
Contorno de ojos
¿Qué contorno de ojos debemos elegir? Si lo que queremos es revitalizar la mirada, optaremos por uno formulado con antioxidantes, como HD NOX+ Contorno de ojos. Si necesitamos recuperar la firmeza y minimizar las arrugas, la mejor opción es HD REDEFINER Contorno de ojos.
Sea cual sea nuestra elección, debemos aplicar esta crema tras el limpiador y antes de continuar con el resto de la rutina facial.
Sérum
- Si tenemos un tono apagado, nos decantaremos por un sérum que incorpore activos antioxidantes como la vitamina C, caso de HD NOX-3C Sérum.
- Si nuestro objetivo es reafirmar la piel y recuperar su juventud, podemos optar por HD REDEFINER Sérum.
- Quizá nuestra intención sea aportar un plus de hidratación y proteger nuestra piel del envejecimiento digital, causado por la luz azul que emiten los dispositivos electrónicos. En este caso, HD BLUMOIST Sérum es el candidato idóneo.
Crema
Durante todo el año, no solo en verano, concluiremos nuestra rutina de cuidado facial con un fotoprotector. El sol es uno de los mayores enemigos de la piel, en gran parte responsable de su envejecimiento. Se presentan en diferentes texturas: cremas, lociones, spray… Y también en diferentes SPF, aunque la recomendación mínima sería un SPF30. Protegernos de los daños del sol es vital para tener una piel sana y bella.