STOP radicales libres

Al exponer la piel al sol, el cuerpo se defiende produciendo un pigmento denominado melanina que absorbe los rayos y hace que la piel adquiera un tono bronceado para protegerse del sol. Pero este mecanismo defensivo natural del organismo no es suficiente para contrarrestar los efectos nocivos de los rayos que alcanzan la superficie de la piel.

La luz del sol se compone de rayos de luz visible y rayos de luz invisible. Dentro de la luz invisible encontramos los rayos ultravioletas (UVA, UVB y UVC) y los infrarrojos (IR). La energía que desprenden la radiación ultravioleta y la infrarroja provoca la formación de radicales libres.

 ¿Qué son los radicales libres?

 Nuestro cuerpo está formado por miles de millones de células. Cada una de ellas, a su vez, está formada por moléculas. Estas moléculas son grupos de átomos unidos por enlaces químicos. Orbitando alrededor de los átomos encontramos electrones encargados de mantener el equilibrio. Pero cuando alguno de estos electrones se despareja, se activa la formación de radicales libres.
En resumen: los radicales libres son moléculas inestables que han perdido alguno de sus electrones. Son muy reactivos, ya que su misión es buscar los electrones que les faltan y robarlos de otras moléculas. Se produce una reacción en cadena donde nuevas moléculas se convierten en radicales libres que puede dañar a miles de células, incluso causar su muerte.

Ya sabemos que las radiaciones UVA, UVB e IR provocan la aparición de radicales libres. Recientemente se ha descubierto que la luz azul artificial (radiación HEV: High Energy Visible) que emiten los dispositivos electrónicos como móviles, ordenadores y luces LED también los genera. La contaminación, el estrés, el tabaco, el alcohol, una dieta desequilibrada… son factores que también influyen en la creación de radicales libres.

 ¿Qué daños causan los radicales libres?

 Con los años y la acción de los radicales libres, los mecanismos encargados de reparar el ADN pierden eficacia. Los radicales libres incrementan la degradación de proteínas como el colágeno y la elastina, claves para mantener la piel firme y tersa, y aceleran el envejecimiento prematuro de la piel, que se manifiesta en forma de manchas, arrugas, tono de la piel apagado…
Nuestro organismo posee mecanismos naturales de defensa pero a veces es incapaz de neutralizar todos los radicales libres; necesita un aporte extra de antioxidantes.

¿Dónde podemos encontrar esos antioxidantes externos que ayuden a neutralizar los radicales libres? Además de adoptar una alimentación sana basada en frutas y verduras, fuentes naturales de antioxidantes, nuestra piel agradecerá que empleemos cosméticos que incorporen antioxidantes. La clave está en elegir la combinación adecuada, ya que cuando trabajan juntos, de forma sinérgica, son capaces de multiplicar sus efectos y beneficios. Esta es la razón de crear una línea como NOX+, combinar activos de alta potencia (glutatión, ácido lipoico y superóxido dismutasa) para ayudar a revertir los daños causados por procesos de envejecimiento celular. Esta combinación logra aumentar un 49% el poder antioxidante de productos como HD NOX+ BI-BOOST que, además, consigue un 87,9% de efecto protector antiedad. Bastan unas pocas gotas, un pequeño gesto, para protegerte a diario de los radicales libres.

¿Y para frenar el daño que la luz azul causa en nuestra piel? HD BLUMOIST es la línea indicada para protegernos del envejecimiento digital que genera la luz azul proveniente de los dispositivos electrónicos. Está formulada con la tecnología Blue Light Shield diseñada para proteger de esta radiación. Además, al emplear esta línea la hidratación aumenta un 78%, incluso transcurridas ocho horas desde su aplicación.
Frenar el envejecimiento está en nuestras manos.

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